Ciudad de México. 14 mayo de 2025. UrbaniK (Henry Ram).- Cuando hablamos del corazón, no solo nos referimos a ese músculo que late incansablemente dentro del pecho, sino al símbolo mismo de la vida, del amor y del propósito. Sin embargo, hoy más que nunca, el corazón de millones de mexicanos está bajo amenaza.
Las enfermedades cardiovasculares –esas silenciosas sombras que se esconden tras la rutina, el estrés, la mala alimentación y el olvido de uno mismo– se han convertido en una urgencia nacional. Según cifras del INEGI, en 2023 fallecieron más de 218 mil personas por causas relacionadas con el corazón y los vasos sanguíneos. Más impactante aún es saber que 6 de cada 10 mexicanos vive con al menos uno de los factores de riesgo: obesidad, hipertensión, diabetes, tabaquismo o dislipidemias.
El Dr. Adolfo Chávez Mendoza, cardiólogo y presidente de la Asociación Mexicana de Insuficiencia Cardiaca (AMIC), advierte con claridad:
“Las enfermedades cardiovasculares asociadas a la ateroesclerosis son la principal causa de muerte prematura en nuestro país.”
Ateroesclerosis: la trampa silenciosa
La ateroesclerosis, explica el especialista, es una acumulación peligrosa de grasa, colesterol malo (LDL) y sustancias inflamatorias en las arterias. Esta acumulación genera placas que pueden bloquear el flujo sanguíneo o formar coágulos, generando un entorno propicio para infartos, accidentes cerebrovasculares y otras emergencias cardiovasculares.
Más del 30% de la población mexicana reporta alteraciones en su perfil lipídico, según la ENSANUT. Pero no todo está perdido: la ciencia y la medicina han trazado caminos de esperanza.
Tecnología médica al servicio del corazón
En este terreno de desafíos, la ciencia farmacológica ha levantado faros de esperanza. El Dr. Alan Barrell, Director Médico de Chinoin, señala a la rosuvastatina como una de las aliadas más potentes en la lucha contra el colesterol malo. Esta estatina de alta intensidad actúa bloqueando la producción de colesterol en el hígado y reduciendo eficazmente su presencia en sangre.
Por otro lado, en el campo de los coágulos y los eventos cerebrovasculares (EVC), el medicamento rivaroxabán ha demostrado ser un recurso de gran seguridad y eficacia. Este anticoagulante oral directo previene la formación de trombos que, al desplazarse por el torrente sanguíneo, pueden obstruir arterias en el cerebro y desencadenar un infarto cerebral o embolia.
También es un tratamiento clave en trombosis venosa profunda (TVP), condición que puede derivar en embolias pulmonares, discapacidad o incluso la muerte. En estos casos, rivaroxabán ayuda a prevenir complicaciones en pacientes postoperados, especialmente tras cirugías ortopédicas de cadera o rodilla.
Prevenir es un acto de amor propio
Como coach transpersonal y comunicador, no puedo dejar de subrayar una verdad profunda: la prevención nace del amor por la vida. Revisarte la presión, cuidar lo que comes, dejar de fumar, moverte más, hablar con tu médico... son decisiones simples, pero poderosas. Cada una es una semilla de bienestar sembrada en tu cuerpo, en tu alma y en tu destino.
El corazón no solo late: siente, sueña, guarda memorias y sostiene propósitos. Pero para seguir latiendo fuerte, necesita que lo escuchemos.
Chinoin, 100 años al servicio de la salud
Una pieza fundamental de esta historia de transformación es Chinoin, empresa mexicana que cumple un siglo de compromiso con la salud. Con plantas en Ciudad de México, Aguascalientes y Colombia, y presencia en más de 8 países, Chinoin trabaja bajo cinco pilares: gente, productos, calidad, tecnología y responsabilidad social.
Su misión no es solo fabricar medicamentos, sino sembrar bienestar en cada rincón donde haya un corazón necesitado de cuidado.
Un llamado desde el alma
Las enfermedades cardiovasculares no son inevitables. Son una consecuencia, muchas veces, de estilos de vida desconectados de lo esencial. Pero también son una oportunidad: la de cambiar la historia. Porque cada decisión consciente, cada visita al médico, cada hábito saludable que elegimos cultivar, puede ser la diferencia entre un corazón herido y uno que late con fuerza, esperanza y propósito.
Hoy más que nunca, es tiempo de volver al corazón.
No como un órgano.
Sino como el centro sagrado de nuestra existencia.
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